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Este día, 3 de marzo, el Emperador
llegó por la tarde a MÉRIDA, donde sería recibido con todos los protocolos y
galas que exigía la situación.
Es una ciudad que fue capital de la
región romana de la Lusitania, siendo también principal en época visigoda, y
que comenzó a decaer con la dominación islámica. Tras la Reconquista pasó a ser
territorio de la Orden de Santiago dando nombre a una encomienda.
La MÉRIDA que vio Carlos V era muy
distinta de la actual, si bien podrían apreciarse las huellas de la presencia
romana como el puente o los acueductos, aún no habían salido a la luz los
símbolos de la ciudad actual como el teatro o el anfiteatro.
Siglo XXI
El viajero del siglo XXI puede
contemplar una ciudad que rebosa cultura latina por doquier, no podemos olvidar
que el legado romano presente ha hecho que el conjunto arqueológico de
MÉRIDA haya sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Teatro, anfiteatro, basílica de Santa
Eulalia, la Casa del Mitreo, el Templo de Diana... son muestras de ese ambiente
clásico, de ese conjunto arqueológico, todo ello reforzado con el Museo
Nacional de Arte Romano.
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